APRESENTAÇÂO

Um grupo de discursão foi montado no intuito de debater sobre "O ensino de línguas na modalidade EAD". Os integrantes do grupo fazem parte dos dicentes da Universidade Federal de Sergipe (UFS), sobre orientação do professor Glaucio Machado na disciplina "Teorias da educação e da comunicação". Tentaremos mostrar diversos aspectos do ensino de uma língua estrangeira nesta modalidade, bem como apresentar possíveis ferramentas que possam garantir a eficácia de um curso de línguas de maneira virtual.

Somos seis os integrantes deste grupo discursivo:
Robson Azevedo Costa (Letras Espanhol)

Alana Najara de Menezes Gois (Letras Espanhol)


Valter Santos Lobo (Letras Espanhol)


Tamires Oliveira (Letras Espanhol)


Maria Simone Leal de Jesus (Administração)


Alisson Pinheiro Rodrigues (Administração)


Atualmente o blog está sobre responsabilidade exclusiva de Robson Azevedo Costa, e aqui ampliaremos nossos debates sobre "O ensino de língua espanhola em ambientes virtuais".

sexta-feira, 14 de janeiro de 2011

Cuento: "El Descabezado"

Mi abuela paterna, doña Tella Maunez, era espiritista. Mi madre, doña Juana Vizcarrondo, era escéptica con relación a esas cosas. Yo me crié entre esas dos filosofías encontradas. Decidí escucharlas a ambas sin comentar nada. Aprendí a ser un buen político, ni con una ni con la otra y si con las dos a la vez. Hasta el día de hoy he preferido observar el sainete de la vida. Y me ha dado muy buenos resultados. Somos muy cándidos.
En los años treinta, a mi padre le gustaba celebrar el Día de Reyes, llevando a toda la familia: mis hermanos, mi mamá, mi abuela y mis dos tías, a dar una "vuelta a la Isla", como él decía. Llamaba a Felo Rosado, su chofer de confianza, y hacía los arreglos para que el seis de enero, de madrugada, estuviera en casa con su guagua "pisicorre" donde nos metían a todos junto con 1os juguetes que 1os Reyes Magos nos habían traído, y nos aprestábamos a salir en la gran aventura del Día de Reyes.
Mi abuela Tella, se levantaba a eso de la tres de la mañana a terminar de hacer la comida, ayudada por mi mamá y mi tía Carmen. Había que hacer un tremendo caldero de arroz con gandules, pasteles con carne de cerdo, las habichuelas, la sopa de gallina que nunca podía faltar, el dulce de lechosa y cualquier otra cosa que se le ocurriera llevar, con bastante agua, papel de inodoro, toallas y ropa extra para los muchachos.
Era una pequeña mudanza que nos divertía a todos, y que esperábamos con gran expectación.
Así fue como a muy temprana edad visitamos todas los pueblos de nuestra patria puertorriqueña, ya que no cogíamos la misma ruta todos los años. El viejo nuestro nos iba explicando, narrando, la historia de cada pueblo y el significado de sus edificios, parques, monumento. y todo aquello que é1 consideraba de algún interés histórico. Así aprendí, temprano en mi vida, a amar a mi Puerto Rico, sobre todas los demás países, sin despreciar a ninguno. Cuando apenas tenía once años, al1á para el 1935, yo izaba la bandera de mi patria, prohibida en aquellos tiempos, en la casa de mis padres y nadie me recriminaba.
Abuela Tella, nos hacía cuentos para tranqui1izarnos durante el largo viaje. En uno de los viajes nos contó que durante los tiempos de la esclavitud, en el siglo pasado, los blancos españoles, torturaban a los negros esclavos que trataban de fugarse, A veces les cortaban un pie o una mano y, si eran demasiado problemáticos, hasta les mataban. Mi padre nos decía que en cada español había vestigios de sangre extraña, incluyendo negra, por los muchos siglos que los árabes, y otras razas, dominaron en España. Quizás por eso sea que yo me siento tan bien en Andalucía. Regresábamos tarde en la noche a casa, los niños durmiendo y los mayores hablando para que Felo, el chofer, no se durmiera. En ese viaje en que abuela Tella nos contó sobre las barbaridades que los españoles habían cometido con nuestros indios, negros y hasta con algunos blancos, sucedió lo increíble. Eran como las nueve de la noche, estábamos por el alto de Patillas, 1o que llaman Mala Pascua, con el profundo despeñadero que da al mar. De pronto, abuela nos despertó cuando gritó: "Miren a ese hombre correr al despeñadero, se va a tirar". Cuando abrí los ojos vi a un hombre, bañado en sangre, que corría hacía el despeñadero, dando saltos frente a nosotros, Y
Felo le seguía presagiándonos un terrible accidente. Felo estaba dormido, A nuestros gritos, cuando todos nos dimos cuenta de lo que nos iba a pasar, Felo despertó y detuvo la guagua, justo a la orilla del despeñadero. Entonces, con las luces del vehículo, pudimos ver mejor al hombre que corría frente a nosotros. Era un negro corpulento, descalzo y sin camisa, su cuerpo estaba bañado en sangre. Se detuvo un momento, agitó sus brazos como diciéndonos adiós, y se lanzó al vacío. Y fue, sólo entonces, cuándo vimos lo más sorprendente: el negro estaba descabezado, le habían cortado la cabeza. Con su aparición nos salvó la vida.
Abuela comenzó a rezar un Padre Muestro y todos la seguimos en su rezo. Desde entonces, aunque seguía respetando las opiniones de mi querida madre, me inclinaba a escuchar más las ideas espiritistas de mi abuela Tella. Es que hay tantas cosas en este mundo que ni la razón o la lógica pueden explicar. Espero que se hayan divertida con lo fantástico de todo esto.

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